Gracias a las clases de preparto –entre otras cosas- este segundo embarazo lo he vivido con mucha más calma y tranquilidad: amigas, la sabiduría es un grado.
Saber de antemano toda esa nomenclatura que toda embarazada domina y tener un calendario aproximado de todas las cosas que van a pasarte, las pruebas que deben realizarte a ti y al bebé hacen que puedas vivir el embarazo de forma más pausada y más consciente.
Aun así no quise perderme la oportunidad de ir a unas clases de preparto: ¡esta vez iba a ser la que más sabía de mi promoción! La verdad es que fue muy divertido acudir a estas clases y repasar los conceptos que ya sabía y aprender muchas cosas nuevas. Cada matrona les da un enfoque diferente y además yo era capaz de comprender muchas cosas que con el primer embarazo no, porque como todaprimerizatomaba apuntes, pero no era muy consciente de lo que estaba escribiendo.
Estas clases de preparto también me ayudaron a hacerme más consciente de que Niña Preciosa estaba llegando, la barrigota ayudaba a entender que la cosa era inminente pero el ir tachando de mi agenda estas clases semanales era de alguna manera tachar una semana más de las que me separaban de tener en mis brazos a mi hija.
También me hizo sentir un poco nostálgica de esas primeras clases donde realmente no sabía que esperar, estaba entre nerviosa y asustada. Para que a ti no te pase lo mismo te dejo un post de Lucía de Planeando ser Padres en el que te cuenta todo lo que necesitas saber sobre la primera sesión de las clases de preparto.