Aquí comienza… ¡la aventura de ser padres! ¿Qué dices Lola?- pensaréis- Si mi bebé ya tiene siete meses. Escúchame, que yo ya tengo el título de MQS (Madre Que Sabe).
Pues sí, es cierto que en el mundo de la maternidad, siete meses dan para mucho. Pero, ¿En qué consiste una verdadera aventura? Emoción, suspense, peligro, un ritmo salvaje… Es verdad que limpiar pañales puede considerarse a veces una actividad de riesgo, pero tampoco se puede decir que sea una aventura… Ni cantar los cinco lobitos, ni sacarle los eructitos… A Tu Bebé, hasta ahora con poca libertad de movimientos, le faltaba aún desarrollar la que será desde este momento su principal habilidad: hacer trastadas.
Tu Bebé va a desarrollar una especie de súperpoderes de Bebé que ya habrás podido notar ¿De repente parece tener más manos que un pulpo y más reflejos que Iker Casillas? ¿Posee un sexto sentido para intuir allí donde haya un peligro y tirarse de cabeza a él? ¿Siente un magnetismo especial por la suciedad y los gérmenes? Eso es lo que quería decir, hace siete meses que conoces la maternidad. Sin embargo, la AVENTURA comienza ahora…
¿Y cómo se afronta todo esto? Pues al mismo tiempo que Tu Bebé desarrolla sus poderes especiales de Súper Trasto, tu cuerpo y tu cerebro se transforman adaptándose a las necesidades: el oído se te agudiza y sabes reconocer al más mínimo silencio cuando Tu Bebé está demasiaaaaado entretenido haciendo algo que no debería, tus brazos se vuelven super elásticos, para llegar siempre a tiempo a recoger el plato antes de que caiga, te aparecen ojos en el cuello, para poder vigilarlo desde cualquier rincón de la habitación… ¡Al menos así debería ser si la naturaleza fuera tan sabia como dicen!
No me malinterpretes, disfruté mucho de Niño Maravilloso a esta edad pero también sufrí bastante con todos estos sustos. Tu Bebé ya tiene siete meses y se encuentra en una edad muy divertida: está juguetón, sonriente, feliz, comunicativo… Y te aseguro que el buen humor no le va a durar siempre (imagino que ya te habrán hablado de la adolescencia de los dos años…). Así que, dale un fuerte achuchón y, ¡disfruta!