“Hola me llamo Lola y he tenido crisis en la lactancia”. Y esta parece ser una afirmación bastante normal con las madres lactantes. Pocas son las que pasan todo el período de la lactancia sin tener dudas, problemas o subidones de autoestima cuando superas todo ello y ves que crías a un bebé gordito.
Quiero destacar que a veces eso no pasa, que a veces los problemas de frenillo, grietas, crisis, etc… hacen que tengas que dejar de dar el pecho y sentirte super orgullosa de criar a un bebé sano y gordito con biberón. Como suelo repetir a toda madre que se me acerca: “mamá feliz, bebé feliz”, no hay más cuestiones.
Como ya os he contado con Niño Maravilloso no llegué a dar demasiado pecho, pero con Niña Preciosa he tenido una lactancia casi-feliz hasta los 6 meses. Y digo casi porque la crisis de los 3 meses casi se la lleva por delante: de repente de un día para otro mi niña lloraba sin parar, se llevaba las manitas a la boca y yo tenía la sensación que mi bebé estaba pasando hambre. Después de buscar mucha información supe lo que estaba pasando: era una de las conocidas como crisis de crecimiento y era cuestión de paciencia, en realidad lo que mi bebé estaba haciendo era crecer y para ello necesitaba que yo produjera más leche y por ello me demandaba más pecho.
Los dos primeros días fueron muy duros pero poco a poco todo tomó su ritmo y superamos esa dificultad como un equipo. Sigue tu instinto, ofrece el pecho a tu bebé las veces que te lo pida y no sufras: pasará pronto.
Un truquito que seguro que ya sabéis pero por si acaso, cuando tienes una crisis en la lactancia, como te pasas medio día amamantando es muy práctico usar un cojín de lactancia para no cargar tus cervicales y que el bebé esté cómodo.
¡Te dejo la experiencia de Mamirrachadas bimadre experta en crisis en la lactancia!