De todos los comentarios que recibo sobre las canastillas para bebés de Tubebebox, hay uno que me hace sentir particularmente orgullosa. Y es que cuando me dicen que mis canastillas transmiten ternura, siento que toda mi dedicación se ve recompensada. Cuando comencé en esta aventura y me puse a pensar en el diseño de las box, tuve claro que quería reflejar la suavidad y delicadeza de un bebé.
Así, a veces me preguntaba si dedicarme a este negocio no haría que acabara de bebés hasta la coronilla y decidiera no tener ninguno más. Pero ha ocurrido todo lo contrario, tengo tantas ganas de probar por mí misma todo aquello que no conocía aun cuando tuve a Niño Maravilloso y que he ido descubriendo y aprendiendo con este proyecto, que no me extrañaría que acabara formando una familia numerosa (aunque Marido Perfecto no esté tan entusiasmado con la idea como yo, todavía).
Este post de Mimitos de mamá me ha hecho reflexionar sobre todo ello. Me he sentido muy emocionada e identificada en su forma de sentir la maternidad. Tal y como Joha dice, cuando nace un bebé nacen con él muchos sentimientos especiales, que no sólo llenan de felicidad a los padres, sino a todo el entorno de ese bebé. O al menos así debería ser, siempre.
Claro que no vivo en una nube, por supuesto que todos los momentos no son así, la maternidad también está repleta de bajones… pero cada sonrisa de N.M. contiene la suficiente energía positiva como para que compense con creces. Nunca olvidaré la primera sonrisa de mi Niño Maravilloso, no creo que haya vivido nunca nada más mágico ni una felicidad más grande. Es difícil de explicar o que se siente.
Quizá echo en falta una cosa en este post de Mimitos de Mamá... Joha no hace referencia a la alegría ¿No te parece que los bebés y los niños nos alegran la vida? ¿cuántas veces al día te hace reír tu bebé? Y no sólo a ti… ¿No te ocurre, cuando vas paseando con él o ella por la calle, que los desconocidos le sonríen? ¡Es genial ir despertando sonrisas en la gente! Sus ganas de vivir, su energía inagotable, sus ganas de jugar y de descubrir todo lo que les rodea nos recuerdan a los adultos lo valiosa que es la vida. Sin duda, los niños son el motor del mundo.